domingo, 28 de octubre de 2018

El tesorillo

   Con un poco de suerte, puedes dar con algún comercial que deposite en tí la suficiente confianza como para dejarte rebuscar las monedas que quieras de entre 15 kilos, cobrándote después las que de buena fé le indiques que has cogido. Hay pocos comerciales así, pero los hay. Claro está que el comprador se tiene que prestar a infundir la suficiente confianza como para que le dejen llevarse a casa este tesorillo y rebuscar lo que precise.



   En este lote pudimos encontrar monedas tanto contemporáneas como antiguas, en ocasiones, verdaderamente antiguas. En las sucesivas fotos os mostramos algunas de las piezas que pudimos rescatar para nuestra colección. 

Peniques y fracciones de peniques. Monedas de bronce de los siglos XVIII y XIX. Todas ellas con una bonita pátina marrón negruzca, con cierto desgaste por su prolongado uso pero con el año bien visible. Conviene no limpiar en exceso estas monedas, a lo sumo, frotar una sola vez con algún limpiador jabonoso suave y guardar para la posteridad, sin que importe su tono negruzco. No se trata de que estén brillantes de por vida, su pátina es parte de su historia y no debe eliminarse.


Fracciones de francos franceses y liras italianas del XIX. Al igual que en el caso anterior, nos encontramos con monedas en estado de conservación VF (muy bien conservadas - 75 % de los detalles del grabado visibles) y F (bien conservadas - 50 % de sus detalles de grabado visibles). En pocos casos nos topamos con ejemplares XF (Excelentemente bien conservados - 95 % de los detalles del grabado visibles, siendo exigentes, se trataría de monedas con similares características a las de tipo SC - sin circular, aunque en verdad circuladas).


Las demandas de cobre y otros metales en las grandes guerras de la primera mitad del siglo XX, dieron lugar a un incremento del uso de metales como el zinc para la fabricación monetaria. Estas monedas no deben limpiarse en exceso, bajo la capa azul grisácea que las envuelve no hay mucho más de lo que se aprecia a simple vista. Encontramos ejemplares altamente oxidados, inservibles para nuestra colección, pero también piezas únicas que aunque oscurecidas, son en todo caso monendas portadoras de una historia bélica que no debemos olvidar a fin de evitar la vuelta de esos días oscuros.


Encontramos bronces de diferentes países, entre los que nos sorprendieron por su antigüedad algunos peniques británicos y falus marroquíes.


Pero no todo fueron monedas con nivel de desgate medio o alto. Os mostramos algunas de las que pudimos encontrar en estado SC (sin circular). Estas monedas no deben limpiarse, solo con frotarlas dejaríamos huellas en su superficie que las depreciarían.


Descubrimos que el uso de las monedas no se limita a las acuñaciones oficiales de cada país. Por motivos diversos; festivales, ferias, juegos, vacíos de poder normalmente debidos a conflictos armados, escasez o ausencia de monedas oficiales etc, localidades y regiones enteras acuñan dinero propio, de uso limitado a sus respectivos territorios. Se trata de los conocidos como Tokens o Fichas monetiformes, normalmente con alineación tipo medalla. El coleccionismo y estudio de este tipo de monedas es cuando menos interesante. Encontramos, rebuscando en nuestro tesorillo particular, algunos ejemplares que no vamos a dejar escapar.


De entre las acuñaciones encontradas en este lote, hemos querido mostrar algunos de los ejemplares que no habíamos visto físicamente con anterioridad.


Tras la limpieza de cada moneda, toca lugar su etiquetado y encapsulado. En la siguiente foto os mostramos un Jetón alemán del siglo XVI agujereado. La historia está en la moneda. Se observan varios agujeros en este ejemplar y apostaríamos a que dichas perforaciones se deben que en algún momento alguien la utilizó como objetivo de su arma de fuego.
Esta moneda solo se frotó con un paño humedecido en limpiador jabonoso una sola vez. Volvemos a destacar la importancia de no insistir demasiado en la limpieza, ésta no debe ir más allá de eliminar la suciedad incrustada en cada ejemplar.


La historia no solo está inscrita en la moneda, también gira alrededor de ella.  Bastaría con buscar información sobre la región alemana del Ruhr para envolverse de los acontecimientos que rodearon a este token alemán de 50 millones de marcos de dicho territorio del año 1923. La región del Ruhr fue ocupada tras la derrota del imperio alemán en la primera guerra mundial, por tropas belgas y francesas.


Fracción de shilling de Jersey. Moneda de bronce agujereada, en esta ocasión para su uso como colgante seguramente. En ciertas ocasiones las monedas agujereadas se encuentran en mejor estado que las circuladas, ya que han sido guardadas por los que las portaban y no han andado viajando de mano en mano durante años.


Cinco piastres sirios acuñados durante la etapa de ocupación francesa. Moneda de aleación de aluminio y bronce.


Penique acuñado en bronce en 1959 durante la ocupación británica de Nigeria.


Tras su limpieza, determinación y etiquetado las monedas pueden llevarse al álbum. En las sucesivas fotos os podéis ver unas pocas monedas francesas, vietmanitas y yemeníes. Algunas de ellas procedentes de lotes como el que os mostramos en las primeras fotos y otras, conseguidas mediante intercambios con un amigo de Hong Kong.


En cada envío realizado, confiamos en que nuestro amigo Kam mandaría una carta de respuesta con monedas de su tierra y alrededores. Por su parte, él confiaba en que nosotros mandaríamos también los artículos coleccionables que con afán esperaba. Así durante años, pues la confianza no es algo que se gane en un día, ni tampoco es algo de una sola persona, es algo mutuo, que gratuitamente se da y se recibe, es algo muy valioso y debe ser de dos.


   En fin, ahora seguimos rebuscando, continuamos viendo qué sorpresas nos encontramos en este tesorillo del que por suerte hemos podido disfrutar y aprender de paso algo de historia.

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