lunes, 27 de abril de 2020

Qué coleccionar II

   De compras en un centro comercial nos encontramos con la posibilidad de adquirir un original artículo promocional de Cervezas Alhambra. Por la adquisición de un pack de botellines nos ofrecieron un juego de tres posavasos de madera con estampado a base de sello de caucho.


   El abanico de elementos potencialmente coleccionables es amplio y diverso, en esta entrada os mostramos algunos ejemplos así como opciones para su archivo y exposición.


   El coleccionismo de botellines de bebidas va asociado a la posibilidad de su almacenamiento. El gran tamaño de estos objetos no hace sencillo su archivo, y nos obliga a disponer de un estante suficientemente grande como para albergar nuestra colección.


   Podemos centrar nuestro esfuerzo en conseguir botellines de bebidas concretas, y también podemos aprovechar algún viejo elemento industrial en deshuso y almacenar en su interior nuestra colección de botellas de cerveza, previamente consumidas en nuestro caso, pues la opción de guardar este continente junto con su contenido se nos antoja en una sustancial pérdida. Eso sí, conviene guardar también el tapón corona junto con el casco o botellín vacío.


    Con el vino no ocurre lo mismo, no está mal guardarlo íntegro y esperar unos años a degustarlo o quizá pronto, "después de este destierro", abrir en compañía de familiares y amigos una de estas botellas coleccionadas tras varios años de maduración, almacenadas en óptimas condiciones por supuesto, no resultará una pérdida de un elemento de la colección, sino una ganancia resultado del esfuerzo invertido.
 



   ¿Coleccionar revistas?, lo consideramos una buena opción siempre y cuando nos gusten. Por supuesto, quien se dedicó a leer y guardar estas que os mostramos acertó con la colección. Además de tratarse de una serie cotizada, alberga entre sus páginas gran cantidad de datos de la esfera tanto nacional como internacional, estando llenas de historia y cultura propias de su época.



   Hemos hablado en otras ocasiones a propósito del coleccionismo de postales. Se trata de objetos fáciles de archivar y no demasiado costosos. Las postales clásicas románticas encierran los buenos deseos y circunstancias de las personas que las hicieron circular y constituyen además, un tesoro filatélico en tal caso. Pueden encontrarse fácilmente anuncios de venta de estos elementos a precios asequibles, incluso tratándose de artículos con un siglo de antigüedad.



   Llaveros exclusivos o temáticos, un coleccionismo interesante también. Se trata de un artículo que en nuestra opinión continuará utilizándose aún por mucho tiempo, ¿quién no tiene un "guardián" de llaves en su bolsillo?.

   
   Por regla, resulta que la falta de uso de un objeto en la sociedad constituye, el principio del fin de su búsqueda por parte de aquellos que lo intentan coleccionar, y el fin de su coleccionismo masivo a largo plazo. Algo así ocurrió con el vinilo en un primer momento. Con la aparición del CD el disco de vinilo cayó en desgracia y fue aparcado en buhardillas y armarios. Pero finalmente, con su promoción en diversas películas y la facilidad de aquirir tocadiscos actualmente, su coleccionismo se encuentra en un buen momento.


   Para salvaguardar estos singles hemos optado por fabricar fundas a medida con la ayuda de una selladora térmica como ya hemos visto en entradas anteriores, y guardarlos en archivadores de dos anillas.




   Uno de los puntos débiles del coleccionismo de objetos de tamaño medio y grande es la dificultad de guardarlos en el lugar adecuado, a salvo de suciedad, humedad y al mismo tiempo, con la posibilidad de poder admirarlos en todo momento. A tal efecto, son muy prácticas las vitrinas expositoras. Os mostramos algunos ejemplares de una gran colección de coches a escala 1/43.


   El hecho de que nos guste alguna actividad en particular bien sea deportiva, lúdica o cultural, puede dar pie a que iniciemos una colección. Tal es el caso del poseedor de esta colección de pequeños coches, aficionado a los rallies desde siempre, vio la oportunidad  de organizar el suyo propio adquiriendo a lo largo de años esta colección.





    Una vitrina necesitaréis también si pretendéis coleccionar botellines de aluminio o latas de bebida. Entre los primeros, son muy apreciadas las botellas de Coca Cola y diversas marcas de cerveza. Las casas comerciales lanzan este producto normalmente de forma puntual, aprovechando algún evento o acontecimiento y mediante tiradas limitadas, lo que a la larga encarece el artículo.


   Es recomendable adquirir algunas unidades al bajo precio de venta al que suele encontrarse en centros comerciales si se da la oportunidad, como es el caso de las que os mostramos en estas fotos. En mercadillos y ferias de coleccionismo los precios suelen "dispararse", o disparatarse, según se mire. Así mismo, en estos casos es preciso guardar la botella íntegra a fin de que se devalúe lo menos posible.


   El coleccionismo de pines es la excepción que confirma la regla que mencionamos anteriormente. En los noventa este artículo podía adquirirse en cualquier tenderete de feria y en puestos callejeros tipo mercadillo de ropa y similares. En la actualidad pueden adquirirse en eventos de coleccionismo. Además, en los noventa no solo los comprábamos, sino que los utilizábamos en nuestras ropas. Hoy su uso en la esfera pública es escaso y en cambio, su coleccionismo está en uno de sus mejores momentos. Quizá le ocurre algo similar a lo que pasa con el vinilo, los que utilizamos tanto uno como otros, nos aferramos a los recuerdos que nos sugieren sus formas y sonidos y a la vez, tenemos la edad apropiada para su adquisición y archivo. No somos ni demasiado jóvenes como para no interesarnos por ellos ni demasiado mayores como para querer desprendernos de ellos.


   Para el archivo de esta colección de pines hemos optado por el uso de láminas de Goma Eva de tamaño folio y su archivo en carpetas de cuatro anillas. Hay miles y miles de pines diferentes, por lo que aconsejamos su coleccionismo temático; publicidad, animales, conmemoraciones y un largo etcétera.


   Pasamos a los sellos, un clásico. Aún son muchos los que los coleccionamos pero menos que en años anteriores. La poco acertada decisión de abandonar su uso en el correo postal y el excesivo importe de las nuevas series puestas a la venta anualmente, ha hecho que muchos dejáramos de guardar cualquier sello, intentáramos vender los que teníamos y a lo sumo, centrarnos en alguna temática que nos pareciera interesante y de posible revalorización.


   En el caso que os mostramos podemos ver sellos de colonias impresos antes de 1950. Se montaron en folios A4 ilustrados con imágenes de sellos de la época, en los que se diseñó una cuadrícula al estilo de los álbumes clásicos de principios y mediados del siglo XX. Es decir, buscamos una colección de coste mínimo y a la vez única, desde nuestro punto de vista las series de sellos de este tipo no tienen nada que envidiar a las actuales series multicolor, más bien al revés, pero esto es algo sujeto a gustos personales.


   Otra posibilidad de archivo es la elaboración de láminas A4 en cartulina y filoestuches adquiridos en bloques a bajo coste. Tras cortar a medida y montar las láminas nos queda un clasificador para sellos clásicos más que aceptable.


   Lo siguiente es lo más barato en cuanto al almacenamiento de sellos. Se trata de hacer paquetitos de cien unidades y posteriormente montar bloques mayores, con un total de mil sellos cada uno. Normalmente se utiliza este sistema para guardar el excedente de sellos a los que no se le da uso por tratarse de series muy abundantes, poco valoradas por los coleccionistas.


   Cambiamos de temática y nos pasamos a cromos y pegatinas. En este caso se trata de series puestas en circulación por diversas marcas comerciales a fin de fomentar el consumo de sus productos, por ello las temáticas utilizadas en sus promociones coleccionables van desde los diseños puramente infantiles a los que copian modelos utilizados en la comunicación virtual juvenil.

Colección destinada a publico infantil basada de temátiva educativa.
Colección destinada a público juvenil basada en temática de comunicación virtual.
Colección de "pegotas", pegatinas destinadas a público juvenil basada en puro consumismo, y destinadas a su uso en teléfonos, carpetas, mesas, salpicaderos de coches etc. En los noventa las vimos pegadas por todas partes.
   Entre los artículos coleccionables tipo cromos y pegatinas, es fácil encontrar artículos dedicados a series y películas de actualidad. Aprovechando el tirón de éstas, las distintas marcas comerciales nos obsequian, aunque más bien solo intentan captar nuestra atención para vender mejor sus productos, con pegatinas y etiquetas exclusivas.


   La temática de superhéroes es habitual. El público infantil y juvenil es muy dado a su coleccionismo. Aunque en particular las etiquetas de botellines de agua no son muy demandadas por coleccionistas sin embargo, no hemos dejado pasar la oportunidad de comprar tiempo atrás las seis botellas de Font Vella de la serie Marvel Avengers que os mostramos. Ya en entradas anteriores os indicamos cómo guardamos estas etiquetas.


   
   Es tiempo de héroes. Todos somos héroes, cuidaos mucho.

domingo, 12 de abril de 2020

Invernaderos del jardín botánico de Valencia

   El pasado año visitamos el jardín botánico de Valencia.


   Llegamos con tiempo suficiente como para no perdernos ninguno de sus rincones y hoy, tras "desempolvar" viejos archivos hemos recopilado una secuencia de imágenes relativas a sus invernaderos, con el fin de invitaros a visitarlos en cuanto esta lucha pasiva en que vivimos, de paso a la victoria que esperanzados ansiamos.


   El mayor de los invernaderos con los que cuenta el jardín botánico de valencia, se dedica a plantas tropicales, un par de pasillos adoquinados rodea a una isleta central rectangular. Se trata de un entorno acogedor y bello.


   Hacia la zona central del jardín nos topamos con una estructura metálica a modo de invernadero, dotado de techumbre pero semiabireto, sin cristalera que lo cierre por completo, aunque suficientemente cubierto como  para evitar las heladas de las plantas que contiene.



   La colección de plantas crasas se encuentra en una pequeña sala con techo acristalado. Se accede bajando unos peldaños  que conducen a dos salas contiguas, donde en parterres elevados del suelo se puede contemplar una bonita colección de cáctus.






   Dando un paseo, volvemos a la zona donde se localiza el mayor de los invernaderos cubiertos y nos detenemos en los pequeños situados junto a éste. Dos estructuras en forma de arco apuntalado que asoman desde la superficie del suelo, y albergan cuatro colecciones de plantas singulares.


   Debido a su tamaño y estructura, estos invernaderos nos resultan curiosos y encantadores. Para acceder a ver las plantas que contienen, se ha de bajar una pequeña escalera que da paso a una sala algo más de un metro por debajo del nivel de la superficie. Ya en su interior, descubrimos parterres elevados con las distintas colecciones de plantas expuestas.


    En las siguientes fotos os mostramos los carteles informativos referentes a cada conjunto de plantas e instantáneas de las mismas.













   En estos días, los bancos que invitan al paseante a descansar y relajarse por un momento, ajeno a otras distracciones que no sean, el canto de los pájaros que rebolotean, el rumor el agua de la fuente o el susurro de las plantas al paso de la brisa, permanecen solitarios, pero esperanzados confiamos en que no pasará mucho más tiempo siendo esto así.