viernes, 23 de diciembre de 2016

Una visita navideña a Elvas

   Hemos querido pasar un día en Elvas donde como veréis encontraremos algunos elementos coleccionables sin necesidad de que tengan lugar mercadillos, encuentros de coleccionistas ni nada similar.


   Sentados en la barra de un bar nos sorprende el camarero cuando al traernos una Coca Cola, llega con los diseños que os mostramos. Se trata de una serie de tres latas que promocionan el patrimonio natural e histórico de Portugal,  llamativos diseños desde nuestro punto de vista, así que... ¡a la mochila con ellos!

Sagres. Cerveza portuguesa de sabor con carácter. No se nos pasa pedir unas chapas al camarero.
   Caminando por las calles de Elvas nos detenemos ante las antiguas puertas abiertas de la iglesia de las Dominicas, más bien una pequeña capilla de gran encanto, donde observamos varias indicaciones que nos animan a subir hasta su campanario, y de forma gratuita además.

Vistas de Elvas desde lo alto de la Iglesia de las Dominicas
Campana de 1968 que podéis contemplar en lo alto del campanario.

   Nos desplazamos. Vamos caminando recorriendo las murallas y llegamos al castillo. Atravesamos su sencillo pórtico y accedemos a su interior donde nos encontramos con un gran patio a cielo abierto, que invita al visitante a realizar un alto en el camino y pararse siquiera a contemplar e imaginar la historia encerrada entre sus muros.  


Patio interior del Castillo de Elvas
    Decidimos quedarnos un ratito, tomarnos un refrigerio en la terraza del bar que alberga este espacio histórico y como no, aprovechamos para llevarnos a casa otro recuerdo coleccionable que podéis encontrar en este lugar. Os lo mostramos en las siguientes fotos.

 
   
   Tres medallas, tres medallas nos llevamos aunque una nos ha quedado un poco descentrada. Si coleccionáis monedas elongadas, ya sabéis dónde tenéis una troqueladora en el país vecino.


   Además, en el bar nos dieron la lata, la lata de Coca Cola dedicada al "Centro Histórico do Porto".


 Paseando por la ciudad nos llama la atención el escaparate de una barbería, cuyo propietario ha decidido mostrar los utensilios que hasta no hace mucho utilizaba en su oficio, al tiempo que nos obserquia con la frase:
"Quando for receber a reforma nao deve voltar sempre pelo mesmo caminho"


   También nos llaman  la atención los buzones de correos y un pequeño cartel olvidado, ubicado donde antaño se situaría la oficina principal de la localidad, y que actualmente no queda sino como recuerdo de lo que fue y ya no es.


   Por último las luces, nos despedimos de Elvas en la tarde noche de este soleado día de diciembre. Sus luceros navideños nos cautivan, hemos pasado un buen día, los coleccionables que nos llevamos nos harán recordar esta jornada.


APROVECHAMOS ESTAS INSTANTÁNEAS PARA DESEAROS FELIZ NAVIDAD Y AÑO 2017 y ya sabéis, si queréis que algo cambie, "no volváis siempre por el mismo camino"


sábado, 10 de diciembre de 2016

Los otros frutos de la higuera


   Tenemos una pequeña higuera dispuesta en un fragmento de una antigua tinaja de barro. La higuera la conseguimos hace ya varios años, y el recipiente lo descubrimos junto a un camino, se trataba de una pieza antigua totalmente fragmentada, pero vimos esta parte con potencial para poder cultivar algo en ella.

Higuera sobre fragmento de tinaja. 2016
   La higuera resultó ser una planta de fácil cultivo como bonsái. En estos años no hemos estado demasiado atentos a su crecimiento, ha soportado los calores estivales y los fríos invernales sin dificultad, y aunque no presente una profusa ramificación ni pequeñas y elegantes hojitas, aquí sigue.

Higuera sobre fragmento de tinaja. 2015
Higuera sobre fragmento de tinaja. 2010
   Cada año nos regala alguno de sus frutos a pesar de ser tan "poquita cosa". Y cada año le cambiamos la tierra de cultivo, limpiamos y cortamos parte de sus raíces y podamos alguna de sus ramas.

Higuera sobre fragmento de tinaja. 2007
Higuera sobre fragmento de tinaja. 2006

   También junto a un camino, descubrimos la pasada primavera una anciana higuera con algunas ramas rotas y sus restos dispersos en torno a ella. Estas maderas, arrancadas por las inclemencias meteorológicas el invierno anterior, podrían resultar perfectas para observar qué ocurriría si las guardáramos en una caja de paredes aglomeradas, vidrio frontal abatible y maya o tela mosquitera en su parte trasera, y esperásemos......


   Un día después de depositar los restos en la caja preparada para estos menesteres, observamos restos de serrín, señal de que otros "frutos" de la higuera crecían en su interior.


   Finalmente, este pasado verano los otros "frutos" de la higuera aparecieron. Unos pocos adultos de escarabajos cerambícidos del género Trichoferus se encaramaban sobre los restos de las maderas de higuera.


   Y unos días después, nos sorprendió la aparición de unas pequeñas avispillas, pudiendose tratar problablemente de uno de los himenópteros parasitoides de nuestro amigo de la foto anterior. 


   La naturaleza sin duda es un espectáculo, no es sino una maravilla, una sucesión de relaciones y conexiones entre las que nos contamos también los seres humanos. No deberíamos dejar de mirar y fijarnos con atención en las pequeñas historias naturales que se suceden a nuestro alrededor, pues solo así seguiremos amando nuestro entorno natural, siendo entonces capaces de sacar de nosotros mismos al menos la intención de conservar este tesoro que aun tenemos.

Estado actual de las maderas de higuera, la segunda generación de trichoferus se alimenta en su interior.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Mercadillo en Vila Real de Santo Antonio

   Hoy visitamos el mercado de antigüedades de Vila Real de Santo Antonio en Portugal.


   Durante una escapada a la provincia de Huelva, nos informan que es de obligado cumplimiento tomar el ferry que conecta España con Portugal, concretamente las localidades de Ayamonte y Vila Real de Santo Antonio.


   Arribamos a esta localidad lusa el día ocho de octubre, y nos encontramos por suerte con la "feira da praia", un mercado anual que se celebra en torno al día 12 de octubre y que pone a pie de calle lo mejor de la artesanía portuguesa, cerámica y apetitosos productos típicos y artesanos para el paladar.



   Pero más aún, por coincidir nuestra visita con el segundo sábado de mes, nos encontramos con que a los puestos de los citados productos, le sigue una consecución de tenderetes de antigüedades, utensilios diversos, objetos de arte y un largo etcétera. Esto nos hace frotar las manos, porque vamos a pasar un buen rato no ya comprando, sino tan solo deleitándonos con tal cantidad de elementos cuya contemplación ya nos agrada.


   A través de las anteriores instantáneas y las siguientes, os mostramos un poquito de lo que podéis encontrar en este mercadillo al tiempo que paseáis por las calles de una localidad del alentejo portugués.








   Aprovechando nuestra visita, no nos hemos resistido a adquirir, no sin regatear,  algunas piezas que nos hicieran recordar nuestro viaje, estimularán nuestro sentido de la vista al mirarlas a lo largo de los años y también nuestros oídos, pues hemos comprado unos pocos vinilos que no hemos querido dejar escapar.


   La música tiene la capacidad de estimular algo más que nuestros tímpanos, cala dentro, muy a dentro a veces. Nos lleva de acá para allá a lo largo de nuestra vida, es capaz de transportarnos en un instante hasta inolvidables momentos y logra hacer aflorar aquellos que creíamos olvidados. Como si de un andamiaje se tratara, sujeta los recuerdos y los conecta sin tan siquiera darnos cuenta.


     Por todo ello, quise "enlatar" los recuerdos de este viaje en cinco vinilos que evocarán aquellos buenos momentos vividos, pues con el sencillo y mecánico roce de la aguja por cada uno de sus surcos recordaré esos días de calma, la cual deseo también para vosotros.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Jardines del alcázar de Sevilla y olé

   En el interior de Sevilla, oculto tras longevos muros junto a los que pasabas sin percibir mas que roca sobre roca, sin saber, sin intuir el tesoro que se ocultaba tras ellos.


      No solo guardan una admirable colección de antigüedades de las que hablaremos en otro momento, sino también suelos y paredes ornamentados de vivos colores, y jardines, exuberantes espacios verdes que albergan rincones de paz donde antaño los poderosos hacían y deshacían, ataban y desataban, e hilaban la historia.

       
      No hemos querido realizar esta visita al alcázar de Sevilla y prescindir de vosotros, no nos hemos resistido a mostraros sus jardines y compartir esa mañana.

   
      En uno de los parterres, nuestros sentidos no escapan de una Datura con corolas color pastel. Este Trompetero se encuentra en plena floración y aprovechamos para capturar su encanto en un par de instantáneas.



      "Dime tu nombre y te haré reina en un jardín de rosas". Más de uno que tuviese antaño el privilegio de pasear por estos espacios podría haber encadenado estas palabras y puesto a los pies de su doncella los jardines del alcázar.




   Más de mil años de historia, más de 170 especies cultivadas, más de 21.000 ejemplares y más de 2120 toneladas de dióxido de carbono encerradas cada año.



      Terminamos mirando a lo alto, y entre cielo y suelo un precioso Palo Rosado en floración nos cautiva, y es que hay mucho, mucho más de lo que parece desde el suelo hasta el cielo.