jueves, 27 de diciembre de 2018

Recreaciones

   En una de nuestras visitas al Jardín Botánico de Madrid nos encontramos con la exposición "Tabularia. Laboratorios de ciencia e imaginación", de Linarejos Moreno. Nos parecieron interesantes las fotos de modelos florales impresos en grandes lonas de arpillera.



   La exposición recogía entre otras, una serie de fotografías realzadas sobre recreaciones mecánicas del mundo natural procedentes de gabinetes de maravillas, que la artista e imprime en grandes lienzos al estilo de Karl Blossfeldt. Se pone de manifiesto que no se trata de meras copias de plantas y flores, sino que en cada una de las obras, permanece la impronta del escultor, el cual deja parte de sí en la obra por muy objetiva que esta pretendiera ser.


   En el exterior del espacio dedicado a exposiciones, nos detenemos ante similares recreaciones del mundo natural, en este caso se trata de pantas arbustivas y crasas que emergen de grades mesas empedradas.


   Cada una de las composiciones constituye en sí misma una escultura viva, una obra de arte diseñada por los empleados del Jardín Botánico y construida por las propias plantas que se exponen.


Las composiciones individuales dan paso a estructuras más complejas dispuestas en macetones. Emulando pequeños entornos naturales de calanchoes y siemprevivas agolpadas en torno a formaciones rocosas.



   Finalmente, nos sorprenden composiciones más elaboradas, grandes mesas donde parece como si un pedazo de terreno característico de aquel en el que las plantas representadas crecen de modo natural, se hubiese trasladado a Madrid. Pero al igual que en el caso de Karl Blossfeldt y tal y como pretende manifestar Linarejos Moreno, el compositor de semejante obra deja su huella artística en el modelo, el cual habiendo sido creado para la ciencia y la interpretación del mundo, muestra no obstante la parte humana de quien lo compuso. 
 



   Os dejamos por hoy, esperamos que os gustaran las fotos y os sirvan de inspiración para vuestros futuras recreaciones del mundo natural.


domingo, 28 de octubre de 2018

El tesorillo

   Con un poco de suerte, puedes dar con algún comercial que deposite en tí la suficiente confianza como para dejarte rebuscar las monedas que quieras de entre 15 kilos, cobrándote después las que de buena fé le indiques que has cogido. Hay pocos comerciales así, pero los hay. Claro está que el comprador se tiene que prestar a infundir la suficiente confianza como para que le dejen llevarse a casa este tesorillo y rebuscar lo que precise.



   En este lote pudimos encontrar monedas tanto contemporáneas como antiguas, en ocasiones, verdaderamente antiguas. En las sucesivas fotos os mostramos algunas de las piezas que pudimos rescatar para nuestra colección. 

Peniques y fracciones de peniques. Monedas de bronce de los siglos XVIII y XIX. Todas ellas con una bonita pátina marrón negruzca, con cierto desgaste por su prolongado uso pero con el año bien visible. Conviene no limpiar en exceso estas monedas, a lo sumo, frotar una sola vez con algún limpiador jabonoso suave y guardar para la posteridad, sin que importe su tono negruzco. No se trata de que estén brillantes de por vida, su pátina es parte de su historia y no debe eliminarse.


Fracciones de francos franceses y liras italianas del XIX. Al igual que en el caso anterior, nos encontramos con monedas en estado de conservación VF (muy bien conservadas - 75 % de los detalles del grabado visibles) y F (bien conservadas - 50 % de sus detalles de grabado visibles). En pocos casos nos topamos con ejemplares XF (Excelentemente bien conservados - 95 % de los detalles del grabado visibles, siendo exigentes, se trataría de monedas con similares características a las de tipo SC - sin circular, aunque en verdad circuladas).


Las demandas de cobre y otros metales en las grandes guerras de la primera mitad del siglo XX, dieron lugar a un incremento del uso de metales como el zinc para la fabricación monetaria. Estas monedas no deben limpiarse en exceso, bajo la capa azul grisácea que las envuelve no hay mucho más de lo que se aprecia a simple vista. Encontramos ejemplares altamente oxidados, inservibles para nuestra colección, pero también piezas únicas que aunque oscurecidas, son en todo caso monendas portadoras de una historia bélica que no debemos olvidar a fin de evitar la vuelta de esos días oscuros.


Encontramos bronces de diferentes países, entre los que nos sorprendieron por su antigüedad algunos peniques británicos y falus marroquíes.


Pero no todo fueron monedas con nivel de desgate medio o alto. Os mostramos algunas de las que pudimos encontrar en estado SC (sin circular). Estas monedas no deben limpiarse, solo con frotarlas dejaríamos huellas en su superficie que las depreciarían.


Descubrimos que el uso de las monedas no se limita a las acuñaciones oficiales de cada país. Por motivos diversos; festivales, ferias, juegos, vacíos de poder normalmente debidos a conflictos armados, escasez o ausencia de monedas oficiales etc, localidades y regiones enteras acuñan dinero propio, de uso limitado a sus respectivos territorios. Se trata de los conocidos como Tokens o Fichas monetiformes, normalmente con alineación tipo medalla. El coleccionismo y estudio de este tipo de monedas es cuando menos interesante. Encontramos, rebuscando en nuestro tesorillo particular, algunos ejemplares que no vamos a dejar escapar.


De entre las acuñaciones encontradas en este lote, hemos querido mostrar algunos de los ejemplares que no habíamos visto físicamente con anterioridad.


Tras la limpieza de cada moneda, toca lugar su etiquetado y encapsulado. En la siguiente foto os mostramos un Jetón alemán del siglo XVI agujereado. La historia está en la moneda. Se observan varios agujeros en este ejemplar y apostaríamos a que dichas perforaciones se deben que en algún momento alguien la utilizó como objetivo de su arma de fuego.
Esta moneda solo se frotó con un paño humedecido en limpiador jabonoso una sola vez. Volvemos a destacar la importancia de no insistir demasiado en la limpieza, ésta no debe ir más allá de eliminar la suciedad incrustada en cada ejemplar.


La historia no solo está inscrita en la moneda, también gira alrededor de ella.  Bastaría con buscar información sobre la región alemana del Ruhr para envolverse de los acontecimientos que rodearon a este token alemán de 50 millones de marcos de dicho territorio del año 1923. La región del Ruhr fue ocupada tras la derrota del imperio alemán en la primera guerra mundial, por tropas belgas y francesas.


Fracción de shilling de Jersey. Moneda de bronce agujereada, en esta ocasión para su uso como colgante seguramente. En ciertas ocasiones las monedas agujereadas se encuentran en mejor estado que las circuladas, ya que han sido guardadas por los que las portaban y no han andado viajando de mano en mano durante años.


Cinco piastres sirios acuñados durante la etapa de ocupación francesa. Moneda de aleación de aluminio y bronce.


Penique acuñado en bronce en 1959 durante la ocupación británica de Nigeria.


Tras su limpieza, determinación y etiquetado las monedas pueden llevarse al álbum. En las sucesivas fotos os podéis ver unas pocas monedas francesas, vietmanitas y yemeníes. Algunas de ellas procedentes de lotes como el que os mostramos en las primeras fotos y otras, conseguidas mediante intercambios con un amigo de Hong Kong.


En cada envío realizado, confiamos en que nuestro amigo Kam mandaría una carta de respuesta con monedas de su tierra y alrededores. Por su parte, él confiaba en que nosotros mandaríamos también los artículos coleccionables que con afán esperaba. Así durante años, pues la confianza no es algo que se gane en un día, ni tampoco es algo de una sola persona, es algo mutuo, que gratuitamente se da y se recibe, es algo muy valioso y debe ser de dos.


   En fin, ahora seguimos rebuscando, continuamos viendo qué sorpresas nos encontramos en este tesorillo del que por suerte hemos podido disfrutar y aprender de paso algo de historia.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Jardines y colecciones en Serralves

      No pudimos dejar pasar la oportunidad de visitar estos meses, los jardines y el museo de arte contemporáneo en las instalaciones de la Fundación Serralves en Oporto. El turismo de sol y playa puede parecer poco para algunos, y nada mejor que buscar lugares de interés, bien sea cultural o natural, allá donde estemos, y ningún ejemplo mejor que el que hoy os presentamos.




    Más que jardines, podemos decir que el conjunto verde que contemplamos bien puede recibir el merecido término de bosque. Grandes árboles se elevan al cielo y dejan bajo sus copas sombríos enclaves poblados de musgos y trepadoras.

 En el paraje natural que rodea al museo encontramos la casa de Serralves, caracterizada por su arquitectura "Art Déco", resultando además cautivadores los jardines que discurren a su alrededor.


   Pasajes verdes y parterres se disponen para el deleite del visitante. Mucho que ver en una calurosa mañana de agosto, por lo que si os decidís a visitarlo, os recomendamos ver primero esta "colección verde" antes de pasar al interior del museo de arte contemporáneo.


Porche del bar junto a las pistas de tenis.
   No pasamos por alto la oportunidad de observar los frutos de las camelias. Debió de ser precioso ver estos jardines en el momento de la floración. Ahora al menos quedan los frutos, los cuales no habíamos visto antes en otro lugar, se ve que el clima es apropiado y aquí las camelias polinizan y maduran con facilidad.




   El lago, un enclave de obligada visita, y la gran pajarera, dispuesta tras el bar junto a las pistas de tenis y junto a una fuente de agua potable.


   Es tarde ya, vamos a entretenernos con algunas de las obras de arte que se disponen entre los jardines y pasamos a ver la colección de arte contemporáneo.






   El museo de arte contemporáneo arranca con la visita a una serie de maquetas representativas de obras de arte repartidas por todo el mundo. Algunos proyectos que no han visto la luz, otros inacabados y algunos finalizados y visitables en grandes ciudades.


   Amplias salas dan paso a habitaciones que albergan dispares obras, desde fotografía hasta conjuntos artísticos compuestos por elementos de lo mas diverso.



   No se trata de la estantería de una ferretería. No es más que una obra de arte contemporáneo, podemos considerar cada uno de los elementos que la componen como una obra artística más o menos valiosa, en cuanto que alguien la ideó, diseño y fabricó, entonces, ¿considermos también arte su conjunto?


Entendemos que el arte contemporáneo constituye una forma de expresión difícil de entender en algunos casos, o quizá, el autor tan solo quiere que el espectador piense por un momento, se pregunte,  a cuento de qué alguien fabrica un muñeco hinchable verde y visiblemente enfadado. ¿Representará al propio medio natural?, cansado ya del expolio y presión al que lo sometemos los humanos?, quien sabe, quizá solo quiso hacer un muñeco hinchable


   Como podéis ver las obras expuestas son variopintas, pero desde luego, no vimos ninguna obra clásica, de esas que llevan cientos de años expuestas en los grandes museos, esas ante las cuales a uno se le "desencaja la mandíbula". En cambio, pudimos contemplar obras reivindicativas, protestonas, inconformistas y denunciativas.


   Ante este conjunto artístico moderno, seguramente líquido según el sociólogo Zygmunt Bauman, nos surge la pregunta; ¿dentro de trescientos años, alguien tendrá en el salón de su casa alguna de estas obras?.




   Esperamos que esta pequeña visita virtual os anime a realizar una visita real, tanto a la colección natural de Serralves como a la colección artificial que alberga el museo de arte contemporáneo.