A lo largo del año, y sobretodo en los meses de primavera y verano, nos admiramos de ver algunos pequeños visitantes de las plantas del jardín. Se trata de insectos de todo tipo, cada cual con su tarea, y hemos querido dejar constancia de su presencia.
En las fotos superior e inferior, una abeja Megachile o cortadora de hojas. En la primera imagen la tenemos alimentándose en el interior de la flor acampanada de una malva.
Observando las margaritas pudimos ver una abeja del género Anthidium. Del todo ajena a nuestra presencia, se afanaba en la recogida de la "pelusilla" del envés de las hojas. Confeccionó un pequeño ovillo entre sus patas y voló.
Esta oruga que os mostramos pretende engañarnos con sus falsos ojos. La vimos entre la hojarasca cerca de la vid y la guardamos en una pequeña caja donde colocamos unas pocas hojas.
A los pocos días comenzó la metamorfosis y tras unas semanas emergió una preciosa Hippotion celerio o Esfinge menor de la vid que os mostramos en la foto inferior.
Si tenéis margaritas fijaos bien en las criaturas que las visitan. Os mostramos un pequeño sírfido, una mosca que a veces se puede confundir con una abeja o avispa, pero es inofensiva. Muchas de las especies de sírfidos constituyen uno de los grupos de control de plagas vegetales, ya que en muchos casos sus larvas se alimentan de pulgones y otros parásitos similares.
Era una mañana de sábado, bien temprano cuando vimos este ejemplar de Anax imperator o libélula emperador. Se dejó fotografiar y permaneció descansando durante largo rato agarrada a una de las ramillas del grosellero, a la espera de los cálidos rayos del sol que la espabilaran y animaran a emprender su viaje.
En primavera dos amigos comedores de pulgones nos quedaron algunas plantas libres de parásitos: Propylea quatordecimpunctata en la primera foto y Adalia decempunctata en la siguiente. La primera alimentándose de áfidos de rosal y la segunda haciendo lo propio en el envés de una hoja del peral.
Las malvas y margaritas silvestres atraen a insectos no demasiado comunes en un jardín de rosas. Conseguimos semillas variadas de estas plantas y las sembramos. Crecieron y en sus flores pudimos ver gran cantidad de insectos, entre los que destacamos el pequeño escarabajo Antaxia dimidiata, bupréstido florícola con el que terminamos la historia de hoy.
Solo si de veras se abren los ojos se ve, en caso contrario no haces mas que mirar. Tenemos ojos para ver así que veamos cuanto tenemos que en verdad es mucho, solo admirándonos de cuanto nos rodea surgirá en nosotros la voluntad de protegerlo.
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