Llaman mucho la atención por su colorido, por sus formas, por su rareza, por la perfección de sus cristales... El caso es que a much@s nos ha detenido un momento en un escaparate, un puñado de minerales bien dispuestos en sus cajitas.
No es difícil iniciar una colección de minerales. A precios asequibles se pueden obtener piezas realmente bonitas. Por otro lado, es muy sencillo encontrar información sobre los datos de interés de cada ejemplar, tales como fórmula química, grupo mineral al que pertenece, colores habituales, sistema de cristalización, dureza y procedencia de la muestra. Datos que figuran normalmente en el etiquetado de las piezas.
El montaje de la colección puede llevarse a cabo en cajas apropiadas, siendo útiles los archivadores con cajones rígidos de plástico, utilizados para guardar objetos varios, útiles de bricolaje y otros elementos, y que pueden adquirirse en librerías o centros comerciales.
Pero también cabe la posibilidad de hacer nuestras propias cajas de minerales. Con planchas de madera de medio centímetro de espesor, unas tiras de cartón duro procedente de alguna carpeta en desuso, adhesivo térmico, cola de contacto y un bonito papel decorativo, podemos montar una caja a medida de nuestras necesidades.
Una vez que disponemos de una cantidad interesante de piezas, conviene hacerse de un mueble apropiado y con capacidad suficiente. Un carpintero nos lo puede fabricar a medida.
El coleccionismo de minerales nos brinda además, la aventura de la búsqueda de éstos en el lugar de donde se extraen aprovechando escombreras de minas ya sin explotar. Por supuesto siempre acompañado de expertos y con los debidos permisos y precauciones. Estas minas han quedado a menudo abandonadas y su esplendor de antaño se ha perdido en el tiempo, como aquellas que menciona un fantástico libro épico que muchos conoceréis, y del que os transcribo un pequeño párrafo:
...
- "Tiene que haber habido aquí toda una multitud de enanos en otra época - dijo Sam -, y todos más atareados que tejones durante quinientos años haciendo todo esto, ¡Y la mayor parte en roca dura! ¿Para qué, me pregunto? Seguramente no vivirían en estos agujeros".
- "No son agujeros - dijo Gimli -. Esto es el gran reino y la ciudad de la Mina del enano. Y antiguamente no era oscura sino luminosa y espléndida, como lo recuerdan aún nuestras canciones".
...
"Allí se acumulaban el berilo, la perla
y el pálido ópalo y el metal en escamas,
y la espada y la lanza brillantes,
el escudo, la malla, y el hacha".
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- "Tiene que haber habido aquí toda una multitud de enanos en otra época - dijo Sam -, y todos más atareados que tejones durante quinientos años haciendo todo esto, ¡Y la mayor parte en roca dura! ¿Para qué, me pregunto? Seguramente no vivirían en estos agujeros".
- "No son agujeros - dijo Gimli -. Esto es el gran reino y la ciudad de la Mina del enano. Y antiguamente no era oscura sino luminosa y espléndida, como lo recuerdan aún nuestras canciones".
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"Allí se acumulaban el berilo, la perla
y el pálido ópalo y el metal en escamas,
y la espada y la lanza brillantes,
el escudo, la malla, y el hacha".
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El hecho de coleccionar minerales y entender su etiquetado,
obliga al coleccionista a adquirir un mínimo de conocimientos sobre
mineralogía, lo cual resulta muy útil sobretodo para aquellos que se
encuentran en edad escolar. Esta opción de coleccionismo, desde nuestro
punto de vista, fomenta el amor y la admiración por el medio natural.
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