Con unas tablas y un poco de imaginación, podemos fabricar una bonita casa para pájaros. Después, éstos querrán o no hospedarse entre sus cuatro paredes. Algo que a nosotros nos resultaría de pura lógica para ellos en un primer momento debe de resultar extraño.
El tejado, unas tablas sobrantes del zócalo del pasillo. El posadero, fácilmente puede fabricarse a partir de restos de poda o el palo del cepillo que se rompió.
Por supuesto, como paso previo a la pintura definitiva de este adorno de jardín, conviene aplicar una capa de selladora para madera.
¿Querrán los jilgueros y pardales que rondan por el patio anidar en esta casita?. Tiempo al tiempo, ya os contaré.
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