Si eres apasionad@ de la música, te ofrecemos la bonita idea, desde nuestro punto de vista, de iniciar una colección de vinilos. Eso sí, no olvides comprar un tocadiscos, o mejor aún, es muy posible que algún familiar disponga de uno que desempolvar.
Nada mejor que iniciar esta entrada con un beso. El sencillo de John Lennon y Yoko Ono que ilustramos es todo un estímulo para nuestros sentidos.
Pero años atrás, aquí en España nuestro célebre artista Nino Bravo ya nos había cautivado con su canción "Un beso y una flor".
En 1975 tres grandes cantantes que nos han regalado su talento disco tras disco y que siempre se escuchan "como si fuera esta la primera vez", editaban sus sencillos; "Abrázame" de Julio Iglesias, "What am i gonna do with you", "Qué voy a hacer contigo" de Barry White y "Hurricane", "Huracán" Bob Dylan.
En 1978, un tocadiscos Dual reproducía a 45 revoluciones por minuto, los sencillos de Cherry Laine "Catch the cat", "Coge al gato" y Kansas "Dust in the Wind", "Polvo en el viento". Decenas de parejas, desparejados y casados bailaban mientras una enorme bola de espejos, reflejaba destellos de pequeñas lucecillas de colores por toda la disco.
Un año más tarde, las mismas parejas, desparejados y casados seguían pidiendo sus temas favoritos al encargado de pinchar los discos. La canción durante la cual se conocieron, durante la cual se besaron por primera vez, durante la cual se despidieron hasta volver de la mili. El encargado del local había conseguido ya los sencillos de Third World "Now that we found love", "Ahora que encontramos el amor", Anita Ward con su tema "Ring my Bell", "Llama a mi puerta", Electric Light Orchestra "Shine a Little Love", "Un poco de amor" y Michael Jackson "Rock With you".
Al inicio de los ochenta la música pop nacional de grupos tan destacados como Alaska y los pegamoides, con su tema "Horror en el hipermercado" se convertirían en los discos más pinchados.
Y terminamos como empezamos, con amor, pero un poco más apasionado, con el tema de Jane Birkin "Je t´aime...moi non plus". Una canción que más de una de nuestras parejas de la disco de los setenta quisieran haber escuchado a oscuras.
Con esta entrada hemos pretendido mostrar cómo detrás de cada objeto de coleccionismo puede existir una pequeña historia. El sello de la carta que un amigo te pudo guardar, la postal que te mandaron tus padres en su viaje las pasadas vacaciones, el resello de cuatro maravedís de 1658 que alguien utilizó para comprar pan. Que coleccinar no sea sencillamente agrupar cosas de un modo más o menos ordenado y vistoso.
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