Hoy os mostraremos una nueva parte del Real Jardín Botánico de Madrid, donde encontramos creciendo en pleno centro peninsular una colección de plantas propias de otras latitudes.
El
invernadero consta de tres zonas bien diferenciadas; desierto, zona
subtropical y entorno tropical. Las condiciones de temperatura y humedad
en cada una de las tres estancias se encuentra controlada y
perfectamente adaptada a las plantas que aquí se cultivan.
A
medida que avanzas por cada una de los tres entornos descritos uno se percata del cambio en
las condiciones ambientales, y se da cuenta de por qué en no pocas ocasiones tras
comprar una planta tropical en un invernadero, acaba muriendo tras un
tiempo más o menos prolongado en casa.
La zona tropical resultó ser para nuestro gusto, la más interesante y exótica. El agua necesaria para el mantenimiento de estas plantas se pulverizaba en toda la estancia y acababa inundando el lugar a modo de persistente niebla.
Tras una visita como esta, no podemos negar que nos quedamos con las ganas de tener nuestro propio invernadero y poder cultivar ejemplares como estos, pero nos consta que ello exige demasiado esfuerzo y dedicación, además de cierto gasto económico, así pues, nos conformaremos con nuestras plantas mediterráneas y unos pocos cactus, capaces de superar las temperaturas veraniegas de nuestras latitudes.
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