Ciertas cosas siempre han estado ahí, tan siempre que parece que dejemos de percatarnos de su existencia.
Alguien con quien hablaba mientras se aproximaba al entorno urbano de una gran ciudad me comentaba, a su juicio, los
beneficios y bondades de la vida en el medio rural. Viviendo
de continuo entre calles repletas de grandes edificios, ¿es posible que olvidemos el hecho de que somos totalmente dependientes del medio natural y las especies que lo habitan?
Nada somos sin la tierra y el agua que nos nutren, ¿o acaso podemos llegar a pensar que el oro y tierras raras nos pueden llegar a alimentar? No, no nutren sino nuestro deseo de poseer siempre más, a costa de la pérdida de bosques y llanuras, páramos y estepas y, después ¿quedará solamente algo que contemplar en algún museo o jardín botánico?
No nos resignamos a ver un mundo carente de la mayor parte de las especies que hoy en día podemos ver aún, y si pensamos que individualmente tenemos poco que aportar, nos equivocamos.
Las acciones particulares, por pequeñas que parezcan, constituyen los ladrillos que cimentan nuestra intención de conservar la Tierra tal cual la conocemos actualmente.
Es sencillo tirar envoltorios dentro de una papelera, muy fácil guardar una botella de vidrio y depositarla en el contenedor apropiado. Pero por supuesto que es mucho más fácil tirar estas cosas o unas pilas en el cubo único para basura, mientras que por otro lado, supone un esfuerzo nimio entregarlas en un punto limpio. Nuestra casa común ¿no merece ese pequeño esfuerzo?
"El cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato, porque cuando solo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su conservación". Francisco, Carta enc. Laudato si (24 de mayo de 2015), 36.
Con
esta pequeña colección de monedas de temática animal y plantas, hemos intentado manifestar que la economía actual debería ser capaz de encontrar el
equilibrio entre desarrollo y conservación de la biodiversidad. Tenemos
que alejarnos
de la idea de que como individuos carecemos de fuerza para abordar
dicha empresa. Urge la colaboración de todos y cada uno de nosotros para
conseguir
ligar ambos conceptos, convirtiendo el desarrollo sostenible en un hecho.
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