A principios de la década de los noventa del pasado siglo era común encontrar pines en cualquier mercadillo de barrio, en tenderetes e incluso en el interior de algunas bolsas de aperitivos.
Hoy os mostramos una pequeña colección que un joven bachiller fue adquiriendo pieza a pieza durante su estancia en la capital, en alguno de los recreos de que disfrutaba a diario.
La colección se compone de doce piezas de metal de míticos grupos de rock.
Actualmente es muy activo el coleccionismo de pines y los aficionados a esta temática son muchos y de muy distintas edades.
Un
amigo coleccionista nos comentaba lo agradable que le resultaba siempre
iniciar nuevas colecciones, buscar las piezas que le faltaban en alguna
serie, intercambiar otras con algún amigo..., pero añadía: "lo malo es
que te emborraches" refiriéndose al hecho probable de que el
coleccionista acabe "devorado", anulado por su colección.
No es puro consumismo, no se trata solamente del hecho de acaparar cosas. Con el coleccionismo se ponen en marcha virtudes y habilidades positivas tales como la paciencia, el tesón o el orden, pero... "no te emborraches".
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