Más de un@ querría invertir su tiempo en poder cultivar sus propias frutas y verduras. En muchas localidades pueden verse pequeños huertos en las afueras. Muchas personas por lo general de cierta edad, dedican su tiempo a plantar hortalizas variadas, tratarlas con mimo y enseñar orgullosos sus frutos a familiares y amigos.
La iniciativa del huerto urbano, entendido éste como el espacio dedicado al cultivo de hortalizas por parte de cualquiera que lo solicite, nos resulta una gran idea por parte de las entidades locales que lo fomentan. Por supuesto, uno de los requisitos para disponer de estos huertos suele ser la condición de su cultivo con técnicas de agricultura ecológica.
El agua es crucial para el desarrollo y mantenimiento de la vida. Su uso debe de ser cuidadoso, procurando por tanto establecer sistemas de riego que economicen su gasto. En tal caso, son muy apropiadas las mangueras de riego perforadas que actualmente se usan en el riego del numerosos cultivos. Se puede optar también por el uso de goteros independientes dispuestos en la goma de riego o por mangueras con goteros incorporados.
En un principio es suficiente con extender una manguera de riego a lo largo del lomo del surco de siembra, aunque con el tiempo puede ser preciso disponer otra manguera de riego en el cauce del surco.
El tomate no suele faltar en todo huerto que se precie. En tiempos las semillas de la cosecha anterior servían para la producción de nuevas plantas al año siguiente. Ahora sigue sucediendo así en muchos casos en los que se dispone de variedades propias de determinadas zonas geográficas, aunque lo habitual es acudir a un centro de venta especializado y adquirir pequeñas tomateras, siendo esta opción más cómoda y eficiente dado el hecho de que sembrar nuestras propias plantas puede resultar trabajoso y de dudosa eficacia.
Para evitar que el suelo se seque rápidamente, pueden usarse plásticos cubriendo el lomo de los surcos, de este modo nos libramos también de malas hierbas. No obstante esta técnica puede resultar negativa si se trata de plantas pequeñas, ya que en este caso un excesivo calentamiento del suelo mojado, puede acarrear la aparición de hongos del cuello de las plantas.
En zonas donde se presuma de la existencia de vientos que puedan tumbar las plantas, se puede optar por entutonarlas evitando así su caída.
Normalmente, las mangueras de riego parten de una guía principal de mayor caudal, de la que surgen gomas de menor diámetro que riegan cada surco. Al comienzo de estas mangueras secundarias puede disponerse una llave de paso para controlar los surcos que se van regando en cada ocasión.
Un truquito para determinar qué sandías estarán maduras en cada momento. Prueba a etiquetarlas con una piedra. Puedes poner piedras de mayor tamaño en las primeras sandías que aparezcan, y de ahí en adelante colocar piedras de menor tamaño en orden progresivo.
Y finalmente los resultados, los frutos recién cosechados están ya en nuestra mesa, el hortelano orgulloso de su trabajo acude a casa de hijos y nietos para ofrecer tomates, ajos, lechugas, pimientos etc, quizá hubiera sido más fácil acudir al mercado, pero entonces ¿dónde quedaría la satisfacción de un trabajo bien hecho y con agrado?, ¿dónde acabaría tanto saber que acumulan nuestros mayores sobre agricultura y ganadería?, ¿en la basura?.
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