Os proponemos una opción de cultivo sencilla para poder degustar vuestras propias
fresas. No necesitaréis disponer de gran espacio, tan sólo unas
jardineras atornilladas a una pared, eso sí, dejando un pequeño espacio
entre una y otra.
Ya en el mes de mayo se puede disfrutar de las primeras fresas de la temporada.
Si disponéis de un viejo tubo de metal galvanizado, podéis darle una nueva utilidad. Tapando la base con metacrilato, que puede asegurarse a dicha base con unos tronillos, podéis aseguraros de que la tierra que pondremos posteriormente no se saldrá por la parte inferior del tubo. Cortando unas secciones y undiendo parte del metal a golpe de martillo, conseguiréis hacer unos pocitos donde colocar plantitas, en este caso de fresones.
Como adorno, en la parte superior de la estructura, hemos optado por añadir una pieza de mineral de calcita recubierto de blanco aragonito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario