Cuánto tiempo sin escribir aqui. Los días iban pasando y en ellos, se consumían mi intención y el poco empeño por hacer algo constructivo en este escaparate virtual. Pero, más vale tarde.... Hoy ando trasplantando un grupo de cinco ejemplares de Celtis australis o Almez, ¿por qué cinco?, bueno, se dice que el equilibrio llega al bosquecillo en cuanto damos con una cifra impar en la composición.
Para que tanto un bonsái como un conjunto de ellos llegue a sobrevivir a lo largo de los años, es imprescindible realizar transplantes de forma regular cada varios años, si se trata de ejemplares en tiestos grandes, o anualmente en caso de tratarse de tiestos pequeños. En cualquier caso, es conveniente ver el "pan de raíces" sacando el bonsái de su tiesto para saber si corresponde o no un recorte y cambio de tierra.
En el caso que nos ocupa, es evidente que los arbolillos no pueden permanecer un año más sin que eliminemos el exceso de raíces, de no hacerlo, el sistema colapsará, las nuevas crecidas darán lugar a una acumulación tal, que será imposible que el sistema realice correctamente su función y nuestro preciado bosque perecerá.
Para el mantenimiento de los bonsáis, hemos recortado buena parte de las raíces en el momento en que hemos observado el primer movimiento de yemas de los arbolillos, lo cual suele ocurrir entre enero y febrero según las temperaturas. Los inviernos cálidos adelantan la brotación y los fríos la atrasan.
Tras adquirir un subsatrato adecuado, volvemos a poner los Celtis en su tiesto original. Ya en primavera, podéis ver los resultados, nuestro bosquecillo crece frondoso y verde, lo tenéis en las dos fotos inferiores, en la zona central de ambas imágenes.
Con esfuerzo y constancia puede conseguirse mucho, y este rincón verde resulta el marco adecuado para los Celtis del bosquecillo. Aporta tiempos de sol y sombras refrescantes.
Esperamos que consigáis disfrutar con vuestras plantas. Esto de la jardinería puede resultar trabajoso, pero gratificante a la vez. En cualquier caso, conviene no desanimarse si nuestros cuidados no dan los frutos esperados, esto es algo propio de la vida. Momentos buenos se alternan con los malos, días de tristeza y de alegría, pero, ¿el balance?, el resultado neto a de ser siempre positivo, hay que trabajárselo, esforzarse lo posible y vivir.