No pudimos dejar pasar la oportunidad de visitar estos meses, los jardines y el museo de arte contemporáneo en las instalaciones de la Fundación Serralves en Oporto. El turismo de sol y playa puede parecer poco para algunos, y nada mejor que buscar lugares de interés, bien sea cultural o natural, allá donde estemos, y ningún ejemplo mejor que el que hoy os presentamos.
Más
que jardines, podemos decir que el conjunto verde que contemplamos bien
puede recibir el merecido término de bosque. Grandes árboles se elevan
al cielo y dejan bajo sus copas sombríos enclaves poblados de musgos y trepadoras.
En el paraje natural que rodea al
museo encontramos la casa de Serralves, caracterizada
por su arquitectura "Art Déco", resultando además cautivadores los
jardines que discurren a su alrededor.
Pasajes verdes y parterres se disponen para el deleite del visitante. Mucho que ver en una calurosa mañana de agosto, por lo que si os decidís a visitarlo, os recomendamos ver primero esta "colección verde" antes de pasar al interior del museo de arte contemporáneo.
Porche del bar junto a las pistas de tenis. |
No pasamos por alto la oportunidad de observar los frutos de las camelias. Debió de ser precioso ver estos jardines en el momento de la floración. Ahora al menos quedan los frutos, los cuales no habíamos visto antes en otro lugar, se ve que el clima es apropiado y aquí las camelias polinizan y maduran con facilidad.
El lago, un enclave de obligada visita, y la gran pajarera, dispuesta tras el bar junto a las pistas de tenis y junto a una fuente de agua potable.
Es tarde ya, vamos a entretenernos con algunas de las obras de arte que se
disponen entre los jardines y pasamos a ver la colección de arte
contemporáneo.
El museo de arte contemporáneo arranca con la visita a una serie de maquetas representativas de obras de arte repartidas por todo el mundo. Algunos proyectos que no han visto la luz, otros inacabados y algunos finalizados y visitables en grandes ciudades.
Amplias salas dan paso a habitaciones que albergan dispares obras, desde fotografía hasta conjuntos artísticos compuestos por elementos de lo mas diverso.
No
se trata de la estantería de una ferretería. No es más que una obra de
arte contemporáneo, podemos considerar cada uno de los elementos que la componen como una obra artística más o menos valiosa, en cuanto que
alguien la ideó, diseño y fabricó, entonces, ¿considermos también arte su conjunto?
Entendemos que el arte contemporáneo constituye una forma de expresión difícil de
entender en algunos casos, o quizá, el autor tan solo quiere que el espectador piense por
un momento, se pregunte, a cuento de qué alguien fabrica un muñeco
hinchable verde y visiblemente enfadado. ¿Representará al propio medio
natural?, cansado ya del expolio y presión al que lo sometemos los
humanos?, quien sabe, quizá solo quiso hacer un muñeco hinchable
Como podéis ver las obras expuestas son variopintas, pero desde luego, no vimos ninguna obra clásica, de esas que llevan cientos de años expuestas en los grandes museos, esas ante las cuales a uno se le "desencaja la mandíbula". En cambio, pudimos contemplar obras reivindicativas, protestonas, inconformistas y denunciativas.
Ante este conjunto artístico moderno, seguramente líquido según el sociólogo Zygmunt Bauman, nos surge la pregunta; ¿dentro de trescientos años,
alguien tendrá en el salón de su casa alguna de estas obras?.
Esperamos que esta pequeña visita virtual os anime a realizar una visita real, tanto a la colección natural de Serralves como a la colección artificial que alberga el museo de arte contemporáneo.