En el Alentejo central en nuestro vecino país Portugal, nos disponemos a realizar una visita entre turística y lúdica en la localidad de Estremoz. Sabemos que en dicha ciudad tiene lugar un mercadillo de antigüedades y coleccionismo cada sábado, con la presencia además de puestos dedicados al comercio agrícola local.
Al llegar nos sorprende encontrar con facilidad un lugar donde dejar el coche, el mercado se localiza en la zona centro, junto a una gran explanada dispuesta para dejar los vehículos de forma gratuita.
Los puestos se suceden a lo largo de un paseo arbolado junto al "Convento dos Congregados", lo cual constituye un entorno único. No todas las localidades pueden disponer de un enclave singular como este para la celebración de este tipo de eventos.
En fin, nosotros a lo nuestro. Os mostramos seguidamente una serie de instantáneas de alguno de los puestos que se suceden, entre el gentío, que va y viene y se agacha a tomar alguna pieza, y negocia el precio, pues se puede regatear. Encontramos cerámicas, útiles propios de agricultura y ganadería, muebles, menaje variado etc
¿Quieres viejos pomos para nuevas puertas?, ¿números para la casa o lo que se te ocurra?, ¿tirachinas, vasijas, juguetes, cubertería de plata, frascos de laboratorio? ¿qué precisas que aquí no puedas conseguir?.
Nos tomamos un receso para conocer de primera mano la localidad y nos sorprende su gran "Lago do Gadanha", desde donde divisamos la parte alta del castillo y nos disponemos a iniciar el ascenso para no perdernos esta zona antigua de Estremoz.
Tras tomar un merecido refrigerio volvemos al mercadillo, a las sombras que proyectan los árboles por entre los que discurre, non asomamos a los puestos y disparamos las instantáneas con las que a continuación os dejamos, en prueba de que como coleccionista o sencillamente amante de este tipo de acontecimientos en verdad merece la pena salir una mañana temprano para visitarlo y si se tercia, adquirir alguna pieza que incremente nuestra colección y encierre el recuerdo de este día para rememorarlo en el futuro lejano.
Muestra de la colección de insignias y pines de alfiler que nos dejaron fotografiar en uno de los puestos: