Con la maduración de las primeras cerezas llegaron los pájaros, esos que no se preocupan de guardar para mañana porque tienen la comida al alcance de su pico.
Una estrategia con cierta utilidad para auyentar a estos pequeños "dinosaurios" actuales consiste en adornar los árboles con cintas de colores, CDs o como en nuestro caso, cintas magnéticas de una vieja película que ya por falta del reproductor adecuado no podemos visionar.
Tan sólo hay que atrapar un par de pedazos de cinta entre el muelle de unas pinzas para la ropa y ya tenemos listo nuestro espantapájaros.
No es que tenga una eficacia del cien por cien pero minimiza los daños y nos brinda la posibilidad de aprovechar una significativa parte de nuestra cosecha de cerezas.
Ni que decir tiene que este sistema y otros similares son útiles también en los momentos antes de la floración, cuando los frutales hinchan sus yemas y los gorriones aprovechan para desgranarlas y alimentarse de su polen como si de pipas se tratase.
Suerte con vuestros huertos, cultivos, y demás trabajos del campo siempre tan sujetos al capricho del día a día, del clima y otras circunstancias.